
Los informes de la UE dicen que todo el estado medioambiental y los ecosistemas de agua dulce de Europa se encuentran en un estado preocupante. La tendencia es que las presiones sobre el agua dulce aumentarán dando como resultado diferentes efectos negativos sobre la sociedad y la economía. En última instancia, estos efectos deberán ser administrados y conducirán a un aumento de los costes. Es evidente para los expertos que una buena gestión del agua es la mejor inversión para contrarrestar esta situación. Pero esto no está tan claro para la mayoría de los ciudadanos europeos, funcionarios, empresarios y políticos.